Entre el ajetreo cotidiano, muchas veces nos cuesta darnos cuenta de que el secreto de una vida plena y feliz está en las pequeñas cosas. Quizá a veces sólo necesitamos leer algunas frases para reflexionar sobre ello.
¿Cuántas veces te has preguntado cuál es la clave de la felicidad? La respuesta es que no hay ninguna. Para conseguir una satisfacción completa sólo basta con disfrutar las pequeñas cosas. Por ejemplo, los veinte minutos del desayuno, el abrazo de tus hijos, coger el autobús después de una carrera a toda velocidad o un tomar una cerveza en una terraza en buena compañía.
No decimos que la vida sea perfecta. Pero es simple. El problema es que nos gusta complicárnosla. En la sencillez está la perfección. Lo importante es saber que lo más importante, tiene que ser lo más importante y está siendo lo más importante.
En Editatum publicamos dos libros con las mejores citas de pensadores españoles. Y es que al final…
- «La mitad de la felicidad depende de la ilusión y la otra mitad, de la esperanza». – Santiago Ramón y Cajal.
Porque…
- «La vida suele brindarnos aquello que no buscamos en ella». – Carlos Ruiz Zafón.
Y sobre todo…
- «Hay que luchar, esa es la vida. Vale más la inquietud, el ajetreo continúo, la alternativa de placeres y dolores que no el estancamiento». – Pío Baroja.
Aunque…
- «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». – José Ortega y Gasset.
Y por eso…
- «Solo me interesa el presente porque es el sitio donde voy a opasar el resto de mi vida. Quiero decir que vivo en el presente y vivo mejor». – Francisco Umbral.
Habrá muchas cosas malas, claro está. Entonces lo más recomensable es…
- «Sed breves. Lo malo si breve dos veces menos malo». – Chumy Chávez.
Al fin y al cabo, la receta para ser feliz es el amor, ya que…
- «El amor es el espíritu que mueve el mundo». – Vicente Ferrer.
Y por encima de todo…
- «El beso es hambre de inmortalidad». – Ramón Gómez de la Serna.
Por eso, si queremos vivir y sentirnos vivos, sólo tenemos que dar, dar y dar. Como diría Extremoduro, «ama, ama, ama… y ensancha el alma».